Existen lugares mágicos… donde se conjugan cosas que en ningún otro lugar son posibles… donde las preocupaciones prácticamente no existen y los sueños te miran a los ojos. Lugares donde el tiempo se detiene y caminas sobre lo imposible. Pero tales lugares no son mágicos de por sí… la gente que los frecuenta es la fuente de aquella sensación, gente común y corriente, pero con una mirada distinta, una actitud diferente y una disposición en común que te hace libre de los prejuicios y temores tan endémicos de la fría metrópolis…
A esta gente dedico estas líneas hoy… a los amigos que pronto veré… a quienes a pesar de conocer hace tan poco, hemos compartido mágicos momentos que no se borran del recuerdo… es más, los traemos a la memoria para escapar momentáneamente del agotamiento y el stress de lo cotidiano.
A mis villanos amigos que me abrieron las puertas de su corazón y compartieron conmigo su alegría, sus vivencias y la nobleza de su amistad. A ellos quienes son capaces de transformar un lugar común y corriente en un oasis contemporáneo.
Nos vemos en Tongoy!!
